Colombia, un paraíso tropical con una rica geografía y gente maravillosa, es un país hermoso ubicado en América del Sur. Con más del 45% de su tierra cubierta por bosques; el primer lugar en especies de aves y orquídeas en el mundo; el segundo lugar en reptiles, anfibios y especies de agua dulce; el tercer lugar en palmeras y especies de reptiles; y en cuarto lugar, biodiversidad de mamíferos. Se podría decir que es un lugar donde se valora y se cuida la naturaleza, sin embargo esta idea está lejos de la realidad.
Aunque el sistema educativo de Colombia está obligado por la ley a enseñar conciencia ambiental a los estudiantes, la mayoría de ellos están más influenciados por las condiciones de su cultura consumista; donde la humanidad es lo primero y el resto, lo segundo. Con esta ideología, la gente justifica sus abusos hacia nuestro planeta y cree que los hombres tienen derecho a hacer con la naturaleza lo que les plazca. Este comportamiento necio es predominante en la cultura colombiana y consecuentemente en su sociedad.
Debido a la idiosincrasia del país, el conflicto omnipresente y los demás problemas urgentes que los colombianos deben superar, se ha prestado poca atención al medio ambiente. Colombia enfrenta la caza y el comercio ilegal de animales exóticos que se venden en los mercados callejeros; la minería ilegal en abundancia; de forestación para hacer más espacio para la ganadería y la construcción; y la polución y contaminación atmosférica producida por las grandes fábricas. Estos factores se han visto agravados por el conflicto armado vivido en Colombia desde hace más de 50 años, que ha pasado factura a vidas pero también a la naturaleza.
Hoy en día, lo más alarmante es que Colombia es el segundo país en América Latina con más problemas ambientales, a pesar de que alberga alrededor del 15% del total de fauna y flora del planeta. Sin embargo, es imposible culpar por completo a las personas que residen en el país, dado que enfrentan muchos más problemas que este. Su cultura es diferente, su educación ambiental es insuficiente y el hecho de que preservan la naturaleza puede no es una prioridad.
A partir de lo último mencionado, es importante analizar las causas de la crisis ambiental presente en el territorio, pero es de mayor importancia analizar las posibles consecuencias de la misma. Si decidimos quedarnos de brazos cruzados y seguir viendo cómo nuestro planeta empeora lentamente pero de manera constante, pronto no tendremos donde vivir.
Nuestros queridos animales se extinguirán mientras mostramos con orgullo lo hermoso que es el nuevo mono en el zoológico y la selva desaparecerá a medida que construyamos más y más casas, cada una más grande que la anterior para alimentar nuestra codicia. Con cada decisión que tomamos, cada segundo de cada día, estamos definiendo nuestro futuro y el futuro de todas las criaturas preciosas que viven en el planeta tierra junto a nosotros. Les insisto a que tomen la decisión correcta, que se eduquen a ustedes mismos y a sus seres queridos, y que valoren todas las formas de vida por igual.
Por Marianna Carillo, miembro de YCAC LATAM - 24 de Noviembre, 2020
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