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América Latina, la joya de la corona de la cultura, la biodiversidad, la vegetación, los recursos naturales y los ecosistemas, es la región más rica en medioambiente de la Tierra. Sin embargo, debido al cambio climático y los problemas ambientales provocados por el ser humano, la región viene desarrollando una situación precaria y amenazante para el medio ambiente.

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El cambio climático, como su nombre lo indica, es el cambio climático a escala regional o global. Este evento es un fenómeno natural que suele ocurrir cada década o siglo; por lo tanto, lo que diferencia los cambios climáticos actuales es la frecuencia con la que ocurre, mantenida y acelerada por las acciones humanas.

 

Es importante enfatizar que el cambio climático es causado por varios factores, se manifiesta de diferentes formas y cambia de una región a otra.

 

Evidentemente, el cambio climático tiene un impacto violento en América Latina, junto con los innumerables problemas ambientales que agravan su condición ambiental.

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América Latina es una de las regiones más diversas de la Tierra. Su geografía física incluye montañas, llanuras costeras, mesetas y cuencas fluviales; y su clima es de regiones tropicales húmedas, secas, áreas semiáridas, desiertos, subtropicales húmedos, costa oeste marina, áreas mediterráneas y mesetas.

 

Sin embargo, lo que distingue la región es su excepcional y abundante variedad de vegetación y biomas. La región alberga bosques de montaña tropicales y tropicales, manglares, playas, desiertos, pastos, sabanas, páramos y el Pantanal brasileño.

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Según Emilio Sempris , director del Centro del Agua para el Trópico Húmedo de América Latina y el Caribe, alrededor del 30% del agua dulce del planeta pasa por el nivel freático de los ríos Amazonas, Prata y Orinoco. En contraste, América del Sur también tiene el desierto más seco de la Tierra: Atacama. También es una subregión de glaciares tropicales y subtropicales.

 

Es decir, la región simplemente engloba una diversidad única de ecosistemas que la distingue del resto del mundo; por lo tanto, necesita mucha protección contra los efectos espantosos del cambio climático y las actividades humanas.

 

Debido al poderoso impacto que los cambios climáticos tienen en la región, las temperaturas están aumentando, los patrones de lluvia y precipitación están cambiando, los fenómenos naturales son cada vez más extremos y frecuentes, las estaciones secas se prolongan y las estaciones húmedas disminuyen, terrenos se están erosionando, la biodiversidad está disminuyendo, entre otros.

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El impacto del cambio climático también se puede ver en la gran pérdida de biodiversidad en América del Sur. A pesar de comprometer el 3% de la biodiversidad del planeta, según el Informe Planeta Vivo 2020 del World Living Fund (WWF, por sus siglas en inglés), América Latina registró la mayor pérdida de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, en casi 5 décadas a escala mundial, debido al cambio climático. 

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Considerando que estos efectos son perpetrados no sólo por el cambio climático global, sino también regional, es una combinación devastadora que pone en peligro el medio ambiente, la biodiversidad e incluso la población latina. 

 

Los alarmantes cambios en el clima y el deterioro de la región también se deben principalmente a los problemas ambientales causados por el hombre que prevalecen en las comunidades latinoamericanas, como la industria ganadera, la deforestación, la expansión agrícola, los incendios forestales, la producción de aceite de palma, la minería ilegal, la contaminación industrial del agua y el aire, y más.  

 

Por ejemplo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), América Latina alberga el 57% de los bosques primarios del mundo, que son los más importantes desde el punto de vista de la biodiversidad y la conservación.

 

No obstante, la pérdida anual de bosques en la región debido a la deforestación durante el período 2000-2005 fue el 65% de las pérdidas mundiales. Este tipo de comportamiento pone en peligro los preciosos biomas de la región y su biodiversidad. 

 

Además, el Informe Planeta Vivo 2020 también destaca que las actividades humanas, como la deforestación u otras actividades industriales, han ido destruyendo y degradando cada vez más los bosques, pastizales, humedales y otros ecosistemas importantes.

 

Para ilustrarlo, el factor directo más importante de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres de América Latina en los últimos decenios ha sido la producción de alimentos, principalmente la conversión de hábitats nativos prístinos en sistemas agrícolas, según el WWF.

 

Por consiguiente, el abrumador impacto del cambio climático y las numerosas cuestiones ambientales en la región suscita preocupación, ya que la región es la principal productora de numerosos bienes y recursos como: especies, vegetación y biomas, recursos naturales, alimentos, oxígeno, absorción de carbono, y más.

 

A saber, la situación amenazante de América Latina pone en peligro la seguridad alimentaria regional e internacional, ya que la región representa el 14% de la producción agrícola mundial y el 23% de las exportaciones de productos agrícolas y pesqueros, según la FAO. 

 

Ya sea por el cambio climático o por cuestiones ambientales, la producción de bienes y alimentos en la región puede sufrir una gran disminución, lo que puede dar lugar a una disminución de los rendimientos agrícolas, y al aumento de los precios de los alimentos, y a la inaccesibilidad a la seguridad alimentaria. 

 

Otra nota importante es el importante papel de América Latina en la absorción de las emisiones de dióxido de carbono, ya que sólo la selva amazónica brasileña absorbe 2.000 millones de toneladas de CO2 al año (o el 5% de las emisiones anuales), lo que la convierte en una parte vital de la prevención del cambio climático. 

 

La Tierra sigue un equilibrio de temperaturas y condiciones exactas que permiten que los ecosistemas prosperen y que los seres vivos existan con éxito; sin embargo, debido al proceso natural del cambio climático y al apéndice dañino de la sociedad sobre él, gran parte del equilibrio de la Tierra se está perdiendo, por lo que progresivamente se está causando una gran adversidad en regiones cruciales pero vulnerables como América Latina. 

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