ESG - acrónimo que se ha popularizado en el mundo empresarial y es identificado por el mercado como una de las principales tendencias del 2021 - se utiliza para medir las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza de una empresa, pero también se puede utilizar como criterio para inversiones, ya que la preocupación por el medio ambiente es cada vez más notoria.

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El acrónimo, que significa Ambiental, Social y Gobernanza (Environmental, Social, and Governance), se utiliza para representar cuánto se preocupa una empresa por contribuir a un mundo más sostenible, minimizando sus impactos en el medio ambiente. El modelo intenta desarrollar un sistema más igualitario para quienes lo rodean y tiene un proceso de administración eficiente. Esto dicho, los criterios para que una empresa sea considerada una ESG son:

 

E - Ambiental (Environmental) 

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En este primer componente, se evalúa la responsabilidad ambiental de la empresa, la cual debe implementar iniciativas para preservar el medio ambiente, ecosistemas y recursos naturales. Algunas acciones pueden incluir, la utilización de materiales sostenibles, la reducción de contaminantes y vertidos, la correcta disposición de residuos y la reducción de gases nocivos a la atmósfera.

 

S - Social 

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El aspecto social de este modelo evalúa la gestión, el compromiso y la relación global de la empresa con su comunidad (directivos, clientes, patrocinadores, etc.). Aquí, debe haber inclusión y diversidad en el público que conforma los derechos empresariales, humanos y laborales, así como la importancia y dignidad en la seguridad laboral y otros factores diversos.

 

G- Gobernanza (Governance) 

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Este último componente examina y orienta las políticas y prácticas de la empresa, en las que estos aspectos deben ser ejecutados de manera ética y transparente, a fin de evitar la corrupción, la discriminación y el acoso.

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Por tanto, las ventajas de implementar los criterios ESG son numerosas, ya que, además de convertirse en un medio que da fe de la responsabilidad de las empresas, ofrece una mayor transparencia para quienes deseen invertir en este tipo de negocio. Además, el mismo ofrece un medio más viable y un camino efectivo hacia la sostenibilidad.

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Por ello, es necesario reconocer el cambio en los valores sociales y ambientales que la nueva generación está exigiendo a las empresas, pues el impacto de la Generación Z (nacida entre 1995 y 2010) - que en 2019 pasó a comprender el 32% de la población mundial, superando el número de Millennials (nacidos entre 1980 y 1995) - crece cada día.

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En este sentido, el hecho de que esta generación se preocupe por el cambio climático por encima de otros aspectos sociales, ambientales y económicos es un factor clave para el desarrollo del modelo ESG, que busca precisamente construir un mundo más sustentable y brindar resultados económicos beneficiosos para empresas nacionales, estatales y locales.

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Sin embargo, aún existen muchas sospechas desde la perspectiva del inversionista, principalmente por episodios del “greenwashing” (lavado verde)  llevados a cabo por varias entidades. “Greenwashing” es donde una empresa se compromete con la sostenibilidad, pero su compromiso es "performativo" al participar en acciones que no son consistentes o genuinas.

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Además, es necesario entender que incluso las actividades productivas normalmente asociadas a la sostenibilidad pueden generar impactos negativos en el medio ambiente, pues todo tipo de inversión tiene sus ventajas y desventajas. Por lo tanto, debido a que la estrategia ESG es un concepto nuevo y en constante evolución, se atiende con precaución para que el mismo no se convierta en otra forma de fraude corporativo, como el 'lavado verde'.

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Sin duda, el modelo ESG no tan solo está ganando un lugar en el mercado corporativo, sino también en la década actual. Por ello, se espera que haya una mayor comprensión, desarrollo y aplicación de este enfoque, ya que puede generar cambios hacia un mundo más justo y sustentable, partiendo de una de las partes más cruciales de la sociedad - la economía.