Agenda ambiental de México y el Caribe
Delimitados por el mismo mar, México y la región del Caribe albergan paisajes naturales únicos y una topografía diversa. Sin embargo, aunque diferentes en muchos aspectos, ambas regiones comparten una larga lista de problemas ambientales y climáticos que amenazan el sustento de su medio ambiente, biodiversidad y población.
Entre México y el Caribe, los problemas ambientales más prominentes son, aunque no limitados a, la contaminación del aire, los eventos atmosféricos frecuentes y severos, y la degradación ambiental.
México
En México--una nación constituida por 32 estados con una población creciente de 130 millones de ciudadanos--la contaminación del aire prevalece como un problema ambiental primario.
Los principales aspectos socioeconómicos dentro del país explican la contaminación del aire generalizada, lo que resulta en una de cada 17 (5.9%) de todas las muertes en el país, la octava causa de muerte más grande, según el Centro de Consenso de Copenhague.
La Asociación Internacional de Asistencia Médica para Viajeros (IAMAT) afirma que los factores que contribuyen a la mala calidad del aire en México incluyen las emisiones de vehículos, la quema de desechos y las industrias minera y petrolera.
Por lo tanto, debido a la densa población de la nación, la implacable urbanización y la creciente industrialización, la calidad del aire en todos los estados a menudo se ve comprometida por estos factores, lo que resulta en adversidad humana y ambiental.
Además, aparte de las complicaciones de salud, según el Departamento de Protección Ambiental de Massachusetts (MassDEP), la contaminación del aire también contribuye a otras amenazas ambientales como la lluvia ácida, el agotamiento del ozono (el adelgazamiento de la capa protectora de ozono debido al uso de productos químicos nocivos), el daño a los cultivos agrícolas y la supervivencia de los bosques, y la aceleración del cambio climático global.
La prominente contaminación del aire en México es un tema que muchas veces se pasa por alto, pero que requiere un llamado a la acción para manejar y moderar los peligros socioambientales a través de iniciativas sociales y gubernamentales.
El Caribe
Para el Caribe--una región compuesta por 7,000 islas con una población de 43 millones de habitantes--los efectos del cambio climático se pueden observar más evidentemente en el aumento de la frecuencia y gravedad de los eventos atmosféricos.
Aunque estos eventos, como los huracanes, son comunes en la región, los patrones están cambiando y se prevé que sean cada vez más variables a medida que aumentan las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, según la Cuarta Evaluación Nacional del Clima por el Programa de Investigación de Cambio Global de los Estados Unidos.
Es decir, la Evaluación sugiere que el aumento de las temperaturas regionales y globales implica una mayor vulnerabilidad para el Caribe, lo que resulta en un aumento de la temperatura de la superficie del mar, lo que, en consecuencia, da paso a eventos atmosféricos más fuertes.
Esto se puede evidenciar en la temporada de huracanes del Atlántico de 2017 y 2020. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, es una organización de las Naciones Unidas (UNICEF, por sus siglas en inglés), el Caribe se ha visto particularmente afectado por huracanes devastadores desde 2014, y la temporada de huracanes de 2017 se destacó como histórica tanto en términos de fuerza como de daños - en esta, se registraron 17 tormentas. Sin embargo, la temporada 2020 resultó ser la más activa hasta el momento, ya que se registraron 30 tormentas.
Por lo tanto, debido a la susceptibilidad de la región a las catástrofes climáticas, su medio ambiente, recursos y población se encuentran en una posición precaria. El cambio climático y los patrones meteorológicos son interseccionales para las actividades humanas, ya que afectan el sustento de la población civil en formas tales como daños generalizados a hogares y otras infraestructuras, suministro de agua, producción de alimentos (locales e importados), así como a la seguridad económica general.
No obstante, este aumento de los eventos climáticos también explica la alteración de los ecosistemas y la degradación ambiental, como la erosión del suelo y las costas, que empeora aún más la condición de las islas caribeñas, ya que los ecosistemas continuarán desapareciendo, junto con su biodiversidad, y el bienestar de las comunidades costeras será amenazada.
La necesidad de actuar a escala local y global es necesaria para reducir el impacto creciente del cambio climático en el Caribe. Es indispensable que los gobiernos de las islas del Caribe inviertan en la creación de comunidades e infraestructuras más resilientes y planes de respuesta para así proteger los recursos ambientales y grupos vulnerables.
La degradación de la tierra mexicana y caribeña
A pesar de sus diferencias significativas, México y el Caribe comparten el problema perjudicial de la degradación ambiental. Esta condición se puede manifestar de numerosas maneras - en ambas regiones, se puede observar principalmente a través de la urbanización moderna.
En regiones con una población en rápido crecimiento y un crecimiento económico mayormente dependiente del turismo, la deforestación es una práctica común para la adquisición de tierras.
Según la Organización de Comida y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) una de las razones más comunes de deforestación en México son los programas gubernamentales de limpieza de tierras en el pasado. Similarmente, para las islas del Caribe, la deforestación se debe principalmente al desarrollo comercial y urbano, según Kathleen McGinley del Servicio Forestal de EE. UU.
Con la necesidad de desarrollar más áreas urbanas, la deforestación agresiva implica la degradación acelerada de los bosques, que son un recurso cada vez más valioso para la protección del agua, el control de la erosión, la conservación de la biodiversidad, la recreación y la apreciación cultural, como afirmó McGinley.
Sin embargo, aunque prominente en ambas regiones, la degradación ambiental se puede identificar principalmente en las áreas costeras del Caribe, ya que es común observar construcciones urbanas cerca de playas y costas, a menudo para viviendas lujosas o para atracciones turísticas.
Esto representa una peligrosa amenaza para las islas pequeñas, por lo que ocasiona daños a los ecosistemas costeros y su biodiversidad, erosión extrema que provoca el desplazamiento de comunidades, e incluso la contaminación del océano.
Naturalmente, los efectos de la contaminación del aire, los frecuentes y severos eventos atmosféricos y la degradación ambiental, entre otros factores presentes en México y el Caribe, explican alteraciones precedentes que posicionan aún más no solo a ambas regiones sino al mundo entero en una condición ambiental perjudicial.